O cómo virtualizarse sin desaparecer en el intento
Este artÃculo pertenece a la serie de virtualización, teletrabajo e independencia geográfica.

Si hay un aspecto que me apasiona de la revolución digital es la posibilidad que tenemos de generar omnipresencia a través de la tecnologÃa. Gracias a la computación móvil y al abaratamiento de las telecomunicaciones, cada vez hay menos razones para trabajar en una oficina desagradable, en un lugar especÃfico.
Claro, no todos los trabajos pueden ser ejecutados remotamente, pero también es verdad que la mayorÃa de las veces tu trabajo es producto de una decisión personal.
Independientemente de que decidas trabajar desde tu casa, o irte al otro lado del mundo, la clave está en crear la sensación de que sigues estando allà en la oficina, igual de asequible.
Supongamos entonces que has decidido ensayar el trabajo remoto y has convencido a tu jefe. Para volverte virtual debes apoyarte en ciertas tecnologÃas que ya conoces, pero quiero invitarte a que exploremos la posibilidad de optimizar su uso: